Ir al contenido principal

Dolor por sensibilización central

De acuerdo con Wolf, una amplificación de la señal neural dentro del sistema nervioso central da lugar a dolor por hipersensibilidad.
La sensibilización central refleja el incremento de la actividad en las vías que procesan el dolor y el mal funcionamiento de las vías descendentes encargadas de la inhibición del dolor. Todo ello da lugar a una disfunción endógena del control del dolor.
La actividad está aumentada en áreas que procesan no solo el dolor sino también las emociones, como son la ínsula, la corteza cingulada anterior y el cortex prefrontal.
El mecanismo molecular responsable de dicha forma de plasticidad neuronal es la sensibilización sináptica a largo plazo o LTP (long-term potentiation) a nivel de la corteza cingulada anterior (Zhuo), del núcleo accumbens, de la ínsula, pero no de la corteza somatosensorial (Seifert).
La sensibilización sináptica a largo plazo es debida a que la estimulación repetida, que se prolonga en el tiempo, aumenta la cantidad de AMP cíclico y éste activa una quinasa que, por transporte axonal retrogrado, llega al núcleo de la neurona, dónde fosforila una proteína reguladora, que activa la región promotora de un gen regulador (es lo que se llama epigenética). La activación de la región promotora da lugar a que la región codificadora del gen transcriba un RNA mensajero, que produce una proteína que actúa sobre el canal iónico, manteniéndolo abierto más tiempo, disminuyendo así el umbral de excitabilidad de dicha neurona. Dicho de otra forma, esta neurona necesita menos neurotransmisor (p. ej. de serotonina) para ser estimulada (Kandel).
Por otra parte, una inhibición retardada del dolor puede jugar un importante papel en la generación del dolor crónico generalizado (Meeus).
La sensibilización central puede desencadenarse por dolor nociceptivo, como sería una lesión articular, o por dolor neuropático, como sería una radiculopatía, mantenidos en el tiempo. La descarga repetida del nociceptor o de un nervio dañado pueden sensibilizar las vías centrales. Con el tiempo el nociceptor o el nervio pueden dejar de descargar estímulos dolorosos, pero el paciente sigue sintiendo dolor dado que ya se han sensibilizado las vías centrales anteriormente mencionadas.
Pero también, la sensibilización central puede desencadenarse sin necesidad de un estímulo dañino periférico, nociceptor o neuropático. La mala interpretación de un proceso banal como trascendente, una experiencia en el entorno de patología grave (familiar, amigo o conocido), problemáticas familiares, económicas, laborales etc. pueden desencadenar preocupación (miedo) y ello conlleva ansiedad. La ansiedad se caracteriza por un incremento generalizado de la sensibilización neuronal (Kandel), lo que significa que todas las vías neuronales, motoras, somatosensoriales, emocionales... tienen una disminución del umbral de excitabilidad neuronal; por lo tanto, tan solo que tengamos cierta patología menor que actúe como impronta, esta puede magnificarse y cronificarse. De hecho una de las formas más frecuentes de manifestarse la ansiedad es la somatización.
La sensibilización central se manifiesta como alodinia (disminución del umbral de excitabilidad), como hiperalgesia (aumento de la respuesta a estímulos nocivos) y/o como hiperalgesia secundaria (extensión del área del estímulo doloroso al tejido no dañado).
El concepto de sensibilización central introduce una nueva dimensión al concepto de dolor, donde el sistema nervioso central puede cambiar, distorsionar o amplificar el dolor, incrementar la duración y la extensión espacial. Puede decirse que el dolor bajo estas circunstancias es equivalente a una percepción ilusoria, una sensación que es exacta en calidad a la evocada por un estímulo nocivo real, pero que acontece en ausencia de tal estímulo dañino.
En la figura se simplifican los procesos sensitivos bajo circunstancias normales y los cambios que acontecen tras la inducción de la sensibilización central. En la parte superior, se observa como un estímulo táctil no puede estimular una neurona normal de la vía del dolor. En cambio en la parte inferior se observa como una neurona sensibilizada de una vía del dolor si puede ser estimulada por un estímulo táctil, lo que conlleva que un estímulo no doloroso se perciba como doloroso.
Los cambios que se observan en la sensibilización central a nivel del SNC se han objetivado mediante estudios con Estimulación Magnética (Baron), Magnetoencefalografía (Maihofner) y Resonancia Magnética Funcional (Baron).
Se puede sospechar dolor por sensibilización (Nijs) central cuando este es de larga evolución, meses e incluso años, cuando su distribución anatómica es ilógica, cuando es desproporcionado, si no va acompañado de signos clínicos, cuando la descripción del dolor es vaga, cuando el dolor se difunde por ejemplo a otras extremidades, cuando varía de localización anatómica y de intensidad, cuando no existe una causa médica que lo justifique y si existe hiperalgesia, hiperalgesia secundaria o alodinia. Todas estas características pueden presentarse juntas o por separado, aunque la larga evolución del dolor es de las características más determinantes junto con la ausencia de signos clínicos ("muchos síntomas y pocos signos"). La ansiedad y la depresión generalmente forman parte del cuadro de estos pacientes. Asimismo, una característica a observar en estos enfermos es una historia de visitas a varios médicos con numerosas pruebas complementarias que no confirman ninguna patología.
La presencia de dolor secundario a patología inflamatoria (nociceptivo) o patología neurológica (neuropático) no descarta que el paciente también padezca de dolor por sensibilización central. Si dichas patologías se alargan en el tiempo y el paciente padece cierta predisposición emocional, puede aparecer dolor por sensibilización central. En estos casos, la sintomatología propia de la patología es desproporcionada, aparecen nuevos síntomas no relacionados con la misma, se alarga en el tiempo y las pruebas complementarias no confirman una evolución negativa del proceso primario.
Hay algún estudio que apoya que en el 50% de los casos hay cierta predisposición genética a padecer dolor por sensibilización central (Norbury).
Los pacientes con un cuadro de sensibilización central también pueden presentar hipersensibilidad generalizada con aumento de la respuesta a gran variedad de estímulos como mecánicos, químicos, eléctricos, físicos, emocionales...
También pueden presentar parestesias y debilidad de distribución no segmentaria, sensación de disminución de la sensibilidad táctil, sensación de rigidez, dificultades en la concentración y en la memoria a corto plazo, trastornos del sueño, sensación de hinchazón, percepción de asimetría (una pierna más larga que la otra), falta de respuesta al tratamiento y trastornos del comportamiento (mal adaptación social).
Se ha comprobado la existencia de dolor por sensibilización central en la artritis reumatoide, en la osteoartritis (artrosis), en los trastornos temporomandibulares, en la fibromialgia, en el síndrome de fatiga crónica, en la cefalea, en el dolor neuropático, en el síndrome de dolor regional complejo (algodistrofia simpático refleja), en el dolor postquirúrgico, en el síndrome del colon irritable, en la pancreatitis crónica, en el síndrome de la vesícula irritable, en la cistitis intersticial, en la vejiga dolorosa, en la prostatitis crónica, en la endometriosis, en la vulvodinia, en el dolor pélvico crónico, en el dolor cervical crónico, en el hombro doloroso, en el codo del tenista (epicondilitis) y en la lumbalgia crónica (Woolf).
Se ha observado que ciertas estrategias como la aceptación, la distracción y la reestructuración cognitiva pueden ser útiles para el tratamiento del dolor por sensibilización central (Khol). Han tenido éxito en el tratamiento del dolor crónico la aplicación de la técnica de GMI (graded motor imagery), sobre todo cuando afecta a una extremidad (Bowering), y la estimulación magnética transcraneal (Galhardoni). Algunos estudios sugieren, también, que la gabapentina y la pregabalina pueden mejorar el dolor por sensibilización central (Tuchman).

Bibliografía:

Baron R, Baron Y, Disbrow E, Roberts TP. Activation of the somatosensory cortex during Abeta-fiber mediated huperalgesia. A MSI study. Brain Res 2000;871:75-82.

Bowering KJ, O'Connell NE, Tabor A, Catley MJ, Leake HB, Moseley GL, Stanton TR. The effects og graded motor imagery and its components on chronic pain: A systemic review and meta-analisys. The Journal of Pain 2013;14:3-13.


Galhardoni R1, Correia GS1, Araujo H2, Fernandes DT2, Kaziyama HH2, Marcolin MA2,
Bouhassira D3, Teixeira MJ4, de Andrade DC5.Repetitive Transcranial Magnetic Stimulation (rTMS) in Chronic Pain: a review of the literature. Arch Phys Med Rehabil. 2014 Nov 28. pii: S0003-9993(14)01273-8. Doi: 10.1016/j.apmr.2014.11.010. [Epub ahead of print]

Kandel E, Schwartz J, Jessell T. Neurociencia y Conduca. Modulación de la transmisión sináptica: sistema de segundos mensajeros. 261. ISBN: 978-84-89660-05-2.

Kohl A, Rief W, Glombiewski JA. Acceptance, cognitive restructuring, and distraction as coping strategies for acute pain. J Pain. 2013 Mar;14(3):305-15. doi: 10.1016/j.jpain.2012.12.005. Epub 2013 Jan 24.

Maihofner C, Jesberger F, Deifert F, Kaltenhauser M. Cortical processing of mechanical hyperalgesia: a MEG study. Eur J Pain 2010;14:64-70.

Meeus M, Nijs J, Van de Wauwer N, Toeback L, Truijen S. Diffuse noxious inhibitory control is delayed in chronic fatigue syndrome. An experimental study. Pain 2008; 139:439-448.

Nijs J, Van Houndenhove B, Oostendrop RAB. Recognition of central sensitization in patients with musculoskeletal pain: Application of pain neurophysiology in manual therapy practice (Master-class). Manual Ther 2010;15:135-141.

Norbury TA, MacGregor Aj, Uewin J, Spector TD, McMahon SB. Heretabiloity of responses to painful stimuli in women: a classical twin study. Brain 2007;130:3041-9.

Seifert F, Maihöfner C. Central mechanisms of experimental and chronic neuropathic pain: Findings from functional imaging studies. Cell Mol Life Sci 2009; 66:375-390.

Tuchman M, Barrett JA, Donevan S, Hedberg TG, Taylor CP. Central sensitization and (Ca(V)alpha(2)delta ligands in chronic pain syndromes: pathologic processes and pharmacologic effect. J Pain 2010. doi:10.1016/j.jpain,2010,02,024.

Wolf CJ, Central sensitization: implications for the diagnosis and treatment of pain. Pain 2011; 152:S2-S15.

Zhuo M. A synaptic model for pain: long-term potentiation in the anterior cingulated cortex. Mol Cells 2007; 23:259-271.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Electromiografía de aguja

Salvo para el llamado "ruido de placa" y para la actividad de inserción de la aguja, no debe existir actividad eléctrica en el músculo relajado. La fibrilación y las ondas positivas   (video) son descargas espontaneas anormales que se producen en cualquier situación en la que una fibra muscular está denervada. Aparecen habitualmente en los trastornos neurogénicos (enfermedades de neurona motora inferior, radiculopatías, plexopatías y neuropatías) y señalan la presencia de degeneración axonal. Pero también pueden verse en miopatias, especialmente en las inflamatorias y distróficas. Las fibrilaciones consisten en potenciales de una sola fibra muscular que bate de forma repetida a una frecuencia regular decreciente por lo que las características morfológicas y de su sonido en el instrumento d e EMG permiten su reconocimiento indudable. Su duración, registrada con aguja coaxial, se halla entre 1 y 5 mseg. Su deflexión inicial es positiva. Las ondas positivas, por su parte, ti

Diagnóstico diferencial de las alteraciones pupilares

Dado el largo trayecto intracraneal y extracraneal de las vías que controlan el tamaño y la reacción de las pupilas, lesiones en muchas áreas pueden causar anormalidades pupilares. La información que nos da el examen de las pupilas puede ser de gran utilidad en el diagnóstico diferencial de ciertas enfermedades neurológicas. En el examen debemos observar su tamaño, forma y si son simétricas. Si las pupilas son del mismo tamaño lo denominamos isocoria, cuando son desiguales reciben el nombre de anisocoria, miosis sin son de pequeño tamaño (si están contraídas) y midriasis si están dilatadas. Cuando la forma de la pupila es irregular, como después de ciertas cirugías oculares, lo nominamos discoria. También debemos observar su respuesta a la luz, lo que se llama reflejo oculomotor. A la estimulación con un haz de luz (linterna) sobre una pupila se observa la contracción de la misma, siempre que no haya mucha luz ambiental, y la contracción de la contralateral (consensual).

La electromiografía en las lesiones traumáticas nerviosas periféricas

Grado de la lesión El tiempo óptimo en el que ha de realizarse el estudio electromiográfico varía según las circunstancias clínicas. En los casos en que es importante definir una lesión de forma temprana, el estudio en 7 a 10 días pueden ser útil para la localización y para la separación entre bloqueo de la conducción y axonotmesis. Por otra parte, cuando las circunstancias clínicas permiten esperar, el estudio realizado a las 3-4 semanas proporciona mayor información, dado que es cuando aparece la actividad de denervación y puede limitarse mejor el grado y nivel de la lesión. Neurapraxia En las lesiones puramente neurapráxicas, el PME (potencial motor evocado) cambiará inmediatamente después de lesión, asumiendo que pueda estimularse por encima y por debajo de la lesión. (figura).   Cuando se estimula distalmente a la lesión, el PME permanece normal dado que no se ha producido degeneración Waleriana (pérdida axonal). Cuando se estimula próximal a la lesión, no se obtendrá PME o éste s