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Mostrando entradas de septiembre, 2013

La educación en los primeros años de vida

Existe un aforismo, atribuido a la Compañía de Jesús, que dice “danos un niño de no más de siete años y lo tendrás para toda la vida”. Significa que el pensamiento, la conducta e incluso la moralidad de un individuo humano pueden ser modificados durante esos primeros años de una forma que no será posible hacerlo más adelante, lo que no equivale a decir que la gente sea inmune a influencias ulteriores en su vida. Por lo tanto, no es sorprendente que Freud creyera que, desde un punto de vista psicológico, el niño es el padre del hombre. Lo que se aprende en estos primeros años perdura para siempre, tanto si es bueno o malo lo que se aprende. Gracias a los avances de la neurociencia, hoy día se ha podido demostrar que esto es muy cierto. Todo lo que se aprende en la primera infancia queda grabado de forma indeleble, pero existe un periodo crítico en el desarrollo del cerebro en el cual es necesaria la experiencia o aprendizaje perceptivo social para el desarrollo normal de las capac